lunes, 1 de junio de 2009

Mi pasión

Hoy, hoy tenia ganas de escribir sobre futbol. El futbol me gusta de muchas formas. Jugarlo y verlo son las que más. Es uno de mis disfrutes grandes de la vida. Cuando lo juego me vuelvo niño. Se me puede olvidar todo y el tiempo dejar de existir.

Cuando veo un buen partido de futbol, donde los juegan parecen al mismo tiempo niños y hombres, me puede poner la piel chinita. Me emociona. En ese momento quiero ser como ellos. También ahí vuelvo a ser niño.

Ver jugar a Zidane es un ejemplo de esto que les digo. Verlo jugar era ver, al mismo tiempo, al Gladiador dirigir a su ejército y ver a un niño peleonero que no soporta que se metan con su hermana. La verdad era un disfrute. Un Líder que pude soportar cualquier cosa, con tal de llevar a su ejercito a la victoria, y un niño que responde con un golpe al contrario que se mete con su familia. Todo en una misma persona.

Esta semana tuve una emoción grande cuando vi la final de la Champions. Cabe mencionar que mi equipo favorito en España es el Barcelona. Cuando termina el partido contra el Manchester United, la cámara se queda un rato fija, el ruido del Estadio está de fondo. Me quedo viendo al objeto que enfoca y veo que están grabando la Copa. La famosa Orejona. De repente, sin esperarlo, se me pone la piel chinita. No sé por qué.

Reflexiono sobre por qué me pasó eso. Tenía años que no me pasaba esto por el futbol en la tele. Recuerdo que pude ver todos los partidos del Barcelona en este torneo. Recuerdo también que el partido anterior lo ganó en el último minuto. Recuerdo la cara de Pep Guardiola, su festejo. Entonces, y sólo entonces, recuerdo de lo emotivo que ha sido todo el camino. Esto tiene todos los ingredientes de una buena historia épica. Es además la tercer copa que gana en este año.

Soy un admirador de los que saben ganar. De los que no se burlan del contrario. De los que le dan la mano y una palmada de aliento. De los que reconocen que ganarle a un grande lo hace a uno más grande. Esos que son caballeros cuando ganan. Los que intercambian la camisa al final y dicen "fue un orgullo competir contra ti". El Barcelona que gano ahora tenía todo eso. Por eso me emocione, porque de esos equipos se ven poco. Pasan años para que se repitan.

Son equipos que tienen un método. pero sobre todo son equipo que se muere en la raya y que ponen el corazón cuando juegan. Justo eso que tanto hace falta. En el futbol de este año he visto que el corazón ha ganado a todo lo demás. Ejemplos hay muchos. En México el Puebla y Los Indios de Juarez. En Europa El Barcelona.

Me emociona porque veo que cuando se pone el corazón en lo que se hace, los resultados llegan. Que sentir orgullo por lo que uno es y por lo que uno hace es importante. Que cuando uno se muere en la raya y deja su ultimo esfuerzo hasta el ultimo minuto, pude uno tener su conciencia tranquila. Lo demas ya no depende de uno.

2 comentarios:

  1. Lamentablemente, en muchos niveles, no hay honor.

    La cosa es seguir instruyendo y no perder de vista, si bien no necesariamente la competencia, si la parte relativa a la disciplina, a la entereza, a la constancia y no necesariamente al logro (que no es desdeñable, pues a quien no le gusta el triunfo). Buena reflexión la tuya.

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