miércoles, 6 de mayo de 2009

La Muerte


Desde que tengo uso de razón le tengo miedo a la muerte. A al mía, a la de algún ser cercano, alguno lejano. De un conocido o vecino. Pasar por una funeraria me desagrada. Pensarme dentro de una caja de muerto me puede deprimir de una forma impresionante. Es algo que me puede poner muy mal Es un miedo enorme. Si alguien quiere infundirme miedo, sólo tiene que demostrarme que me puede matar o que lo puede hacer con alguien a quien yo amo. Es impresionante.

Muy pocas personas saben esto de mí. Algunas de las más cercanas, creo. Mi mujer, mis hijos y creo que sólo dos de mis hermanos. Muchos de mis amigos no lo saben. La gente que convive conmigo tampoco. La mayoría de las personas que tienen trato conmigo, me conocen como muy optimista. De hecho yo me considero muy optimista. No pueden sospechar que tenga un miedo así. En un pesimista sería normal. En mi no.

Pocas veces, muy pocas, hablo del tema con alguien. Es algo de lo que podría decir, que no me gusta hablar. Creo que mi optimismo viene directamente de mi temor a la muerte. No lo supe hasta que una vez mi mujer me preguntó ¿por qué era tan optimista? Me quede pensando, y le dije que era porque no sabía si me iba a morir mañana. Ella se sorprendió con la respuesta, y yo más. Me gusta mucho vivir, disfrutar del sol de todo lo que pueda sonar cursi. Las pequeñas cosas me pueden hacer llorar. Parece que no.

¿Por qué le tengo miedo a la muerte? En realidad no lo sé. Y no lo sé porque casi no me gusta reflexionar sobre ella. Es algo a lo que las veces que le he entrado a fondo no llego a nada. Me empiezo a poner medio denso y mejor lo dejo para después. Nunca me ha agradado que cuando alguien lo sabe, me empiece a dar recetas para superarlo. No sé si quiera hacerlo. Le corto el tema y ya. Es por eso que poca gente lo sabe. Hablo más sobre el vivir. Sobre las cosas buenas que tiene la vida. Es un buen escape.

Es graciosos, he pensado, que me dedique a promover Seguros de Vida. Gran parte de mi tiempo en el trabajo, la dedico a concientizar a los clientes potenciales y las personas en general sobre la importancia que tienen. Nunca lo había reflexionado así, pero ahora me ha parecido gracioso.

Todo esto viene a cuento porque, en los últimos tiempos he vuelto a pensar en ella. Por muchas y variadas razones. Hace tiempo enconté en Internet, un link que decía:
“¿Quiere saber la fecha exacta de su muerte? “ ( un gran fraude, por cierto). Lo que me hizo reflexionar es el hecho de preguntarme ¿qué pasaría si en realidad supiera cuándo exactamente me voy a morir?

Es una reflexión que me ha durado hasta estos días. Se me han movido las ideas y los sentimientos como pocas veces. He tenido pesadillas, depresiones y muchas alegrías, Toda una bomba de emociones. Me he dado cuenta de dos cosas:

1) Cada vez le tengo más miedo a morirme, por mis hijos, por mi mujer, por mi madre, por la vida. Por mi. Dejar un hueco o en realidad creo que ha no dejarlo. No sé.

2) Si en realidad supiera cuando me voy a morir, creo que dejaría de temerle a la muerte y, empezaría a vivir en realidad con verdadera pasión y le sacaría el verdadero jugo a esta hermosa vida. Tendría una paz enorme. Creo que por eso la película que más me gusta es “Conoces a Joe Black”.
Que Ella me elija, porque quiere que le explique por qué amo más a la vida que a Ella. Que le enseñe a qué saben los tacos y la salsa de morita. A que sabe el chocolate. Que sepa lo qué se siente hacer el amor. Que conozca el Amor. Que se enamore tanto de la vida que se quiera quedar, pero no pueda. Que al final, me de tiempo de dejar todo en orden he irme en paz.
Pero ya muy viejo, cuando menos a los 80. Ese es el trato.


Espero mañana seguirle. Dejen sus opiniones.

3 comentarios:

  1. Es muy interesante, y a la vez dificil, asumir este tema desde un punto de vista ajeno. de alguna forma te comprendo, porque tienes mucha gente pos la cual vivir y que dependen de ti en gran medida, gente que quieres ver crecer contigo y por eso la sola idea de dejarlos es aterradora.

    Entre más joven (e inmaduro) es uno, se cree más invulnerable, creyéndonos eternos y sin pensar en los demás.

    También creo que ese test de la muerte es simplemente una ociosidad, porque igual y me atropella mañana el metro camino al trabajo o puedo morir a los noventa años de la mano de mi esposa, o a los cincuenta solo y alcohólico, ya que hay cosas que no controlamos.

    En lo personal prefiero "vivir sin darme cuenta" como decía Mafalda.

    Saludos. Muy chido tu blog.

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  2. Creo que muchos simplemente no pensamos en el tema. Yo "sé" que me voy a morir, es como en teoría, un pensamiento que espanto como a las moscas para que no me moleste. Pero de vez en cuando me agarra desprevenida y me cae el 20 de que esto no es para siempre, y me entra una punzada espantosa, así como de: nooo, no me quiero ir, me la estoy pasando de poca madre.

    Espero dejar de pasarla bien una o dos semanas antes de morir, no más.

    Un abrazo, gran inicio de blog, nomás no lo abandones.

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  3. Yo, al contrario de tí, soy pesimista y sin embargo no le tengo miedo a la muerte (¿será porque soy un poco determinista?). Alguna vez escuche decir "es más fácil morir que ver a alguien que muere"..." y ese cita me parece cierta, aunque esté llena de egoísmo.

    Hace apenas un mes, falleció mi bisabuela a los 108 años (nació en septiembre de 1900), la Señora (con mayúsculas) no estaba postrada en cama, no estaba senil -aunque ya sólo reconocía a sus hijos-, tampoco vivía abandonada. Aún así, no lloré, pues sé que vivió una vida plena, con alta y bajas -como la de todos-, pero vivió bien; quiero pensar que fue feliz. La vida es tan absurda que en cualquier momento nos podemos ir, lo importante es no dejar pendientes para los que se quedan.

    Saludos y buen post

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